Cuándo ir a Bucarest: clima, mejor época y consejos mes a mes

Bucarest está caracterizada por muchísimas atracciones y cosas que hacer, además de una intensa vida cultural y artística. Lo que más sorprende de la ciudad son los elegantes edificios construidos en el típico estilo de la Belle Époque (Bucarest es apodada la Pequeña París), y el majestuoso paseo Soseaua Kiseleff que parte del Arco de Triunfo y parece incluso más largo que los Campos Elíseos. Los lugares de interés, sin embargo, no se agotan aquí: la capital rumana cuenta con más de 37 museos, 22 teatros y una infinidad de librerías y bibliotecas públicas.

Para planear mejor sus vacaciones en Rumanía, les dejo algunas informaciones que pueden resultar útiles sobre el clima, la mejor época para visitar la ciudad y el periodo más conveniente para hacerlo.

Rumanía tiene generalmente un clima continental con inviernos fríos y veranos calurosos (solo la zona que da al Mar Negro es más templada, aunque se ve muy a menudo afectada por las corrientes que vienen del interior del país). Por este motivo, las temperaturas medias en la capital oscilan entre los 3° (temperaturas máximas, percibidas durante el día) en la temporada invernal y los 30° en la estival. Las precipitaciones, sin embargo, no son muy abundantes: se sitúan solo en 600 milímetros anuales, pero, debido a las tormentas de calor de los meses estivales, están distribuidas equitativamente a lo largo del año. El discurso cambia a lo largo de la cadena de los Cárpatos que atraviesan el país, donde las nevadas invernales son sustituidas por las tormentas estivales superando los 1000 milímetros anuales.

La baja temporada en Bucarest es en invierno, excluido el periodo de las festividades navideñas. Así que los meses más económicos son noviembre y febrero. No siendo un destino muy caro, Bucarest es, sin embargo, un destino low cost en cualquier época del año sin grandes distinciones en cuanto a costos. Además, no es nada difícil encontrar paquetes vacacionales o descuentos en vuelos desde España que les permitirán conocer una capital aún poco explorada a precios accesibles.

En primavera las temperaturas son muy agradables, comenzando en abril cuando los días empiezan a alargarse y las horas de sol aumentan, con posibles chubascos por la tarde. Bucarest, en este periodo, se llena de campanillas que aparecen en cada parque o jardín de la ciudad, difundiéndose en el aire el aroma de la bella estación que se aproxima: y es precisamente en los parques donde se concentra la mayor parte de los habitantes y turistas, además de las calles montando en bicicleta (son muy comunes los servicios de bike sharing y los tours guiados en dos ruedas).

Entre las festividades más sentidas de la primavera, encontramos sin duda la celebración de la Pascua, durante la cual los niños rumanos reciben hermosos huevos decorados que parecen realmente pequeñas obras maestras, y la Fiesta de Martisor que celebra la llegada de la nueva temporada: según la leyenda, un joven liberó el sol del invierno sacrificando su vida. En esta ocasión, se regala un colgante con un hilo trenzado de dos colores, rojo como la sangre y blanco como la nieve, que se piensa puede traer suerte a quien lo lleva puesto.

El verano en Bucarest es bastante caluroso y no es raro que las máximas superen los 35°. Entre mayo y julio, se producen las precipitaciones más abundantes que en las zonas adyacentes pueden provocar el desbordamiento de los ríos. Entre las muchas actividades que se pueden hacer en esta temporada, una de las más solicitadas es un paseo en el pulmón verde de la ciudad, el Parcul Herastrau, cerca del cual se puede incluso dar un paseo en barco en medio del lago.

Entre los eventos más interesantes del calendario estival, anoten el 24 de junio la Fiesta de Sanziene (o Dragaica): se trata de la fiesta pagana más espectacular relacionada con el mito de la fertilidad de la Tierra. En honor a esta celebración, se encienden grandes hogueras en las colinas que rodean la capital, se colocan antorchas frente a la entrada de las casas y se organizan danzas que continúan toda la noche.

En otoño, la ciudad se vuelve mágica: colores cálidos y envolventes se difunden por todas partes, el centro histórico brilla en toda su belleza, los museos acogen a los turistas que buscan refugio de los primeros fríos y las plazas se llenan de curiosos, atraídos al corazón de Rumanía con ocasión de la fiesta de Halloween.

Sí, porque Rumanía no debemos olvidarlo es la patria de Drácula y aquí, en Bucarest, se encuentra la famosa estatua del conde Vlad. Desde la estación de la capital, además, se puede llegar al cercano Castillo de Bran (ex residencia del conde Drácula) y la pintoresca Sighisoara, donde podrán asistir a macabras danzas, simulacros de juicios contra brujas y inquietantes rituales. Además, Bucarest, sin embargo, en sus plazas principales (entre las cuales Plaza de la República) se anima con bailes y espectáculos folclóricos que no deben perderse.

Durante los fríos meses invernales, el cielo está frecuentemente nublado, las nevadas son bastante frecuentes y el aire frío (proveniente de Rusia) que se queda en las zonas más bajas de la atmósfera permite que una delgada capa de nieve blanquee casi permanentemente el suelo de la capital.

Bucarest en invierno no pierde en absoluto su encanto, de hecho, la atmósfera romántica que la caracteriza les dejará boquiabiertos: entre las actividades preferidas incluso por los habitantes locales, recuerden disfrutar de una taza de café o un buen chocolate caliente sentados en una mesa del hermoso Pasaj Macca-Villacrosse (¡la ilusión es la de encontrarse de golpe catapultados en una de las antiguas calles comerciales parisinas!).

Alternativamente, paseen por los puestos y las decoraciones luminosas de los Mercados de Navidad (asegúrense de probar el cozonac, un pan dulce típico al horno con nueces) o echen un vistazo al interesantísimo Museo del campesino rumano que ilustra las tradiciones del mundo rural de antaño. Ver también: Navidad en Bucarest: Ofertas, programa y consejos Año Nuevo en Bucarest: Consejos, Eventos y Ofertas